martes, 27 de junio de 2017

Lima y el terremoto de 1746


Lima

10:30 p.m. del viernes 28 de octubre de 1746, día de los Santos apóstoles San Simón y Judas, en una apacible y tranquila noche de luna llena los habitantes de Lima fueron testigos de la más violenta sacudida de tierra que se haya conocido en esta ciudad, relatan que fueron tres a cuatro minutos de terror que destruyeron casi en su totalidad la ciudad. Lima tenía 60,000 habitantes y contaba unas 3,000 casas repartida en 150 manzanas.

(...) Veinte y cinco casas que resistieron el estremecimiento, quedaron tan maltratadas, que es preciso acabar de abatirlas, de las torres de la catedral la una cayó hasta la altura de la bóveda de la iglesia, la otra hasta el paraje adonde están las campanas (...) (1)

Obligados salir de sus casas y buscar lugares descampados muchos limeños no pudieron hacerlo y aquellos que llegaron a la calle fallecieron victimas del derrumbe de los muros, según las crónicas que detallan el hecho nos hacen pensar que debió ser de una magnitud entre 8.0 a 9.0 Mw.

(...) Hasta antes de este suceso, la capital del Virreinato había sufrido trece terremotos de gran intensidad, pero fue tal la violencia de este último que no admite paralelo con la destrucción producida por todos los fenómenos anteriores (...) (2)

Llegada la noche, y sin que en Lima se supiera de lo ocurrido en el Callao, algunos sobrevivientes se resguardaron en torno a la plaza mayor, otros optaron por retirarse al fondo de sus huertas o por salir de la ciudad, con el transcurrir de las horas y soportando las réplicas, no fue posible auxiliar a todos los heridos o a los que sepultados bajo las ruinas pedían ayuda, pocos fueron rescatados de los escombros después de haber pasado uno o más días sepultados.

Con tanto desorden en todas partes y por el abandono de muchas casas, la población de toda clase se dedicó al robo y saqueo, para ello se recurrió a la tropa y el Virrey Don José Antonio Manso de Velasco - Conde de Superunda, destinó tres patrullas de soldados para que de continuo rondasen la ciudad y apresasen a los ladrones, para ello se publicó un bando amenazando con pena de la vida al que hiciera alguna sustracción para lo cual se colocaron dos horcas en Lima y otras dos en el Callao.



Con las acertadas medidas adoptadas por el Virrey se logró abastecer a la ciudad, no tan de inmediato se dispuso que de las provincias cercanas a Lima se trajese parte del trigo almacenado esto para abastecer a los panaderos, al haberse roto los acueductos y cañerías que traían el agua a la ciudad, se le encomendó a los alcaldes ordinarios, D. Francisco Carrillo de Córdoba y a Don Vicente Lobatón y Azaña la ejecución de la reconstrucción de estas, así como el abastecimiento de carne.

En cuanto a las epidemias, dice Llano Zapata en su Carta que le escribe a su amigo don Ignacio Chirivoga, hasta mediados de febrero del 1747 habían muerto en la ciudad, víctimas de tabardillo (tifus), dolores pleuríticos, disentería y cólicos hepáticos hasta 2,000 mil personas, número excesivamente crecido para la Lima de entonces.

(...) CON LA MAYOR VERDAD, Y CRITICA MAS segura le da cuenta de todo lo acaecido en esta Capital del Perú desde el viernes 28 de octubre de 1746, quando experimentó su mayor ruyna con el gran movimiento de tierra, que padecio a las diez y media de la noche del mencionado dia, hasta 16 de febrero de 1747 (...) (3)

Tras el terremoto el Virrey comisiono al ingeniero francés Louis Goudin para que elabore el proyecto de reconstrucción de la ciudad, siendo sus principales recomendaciones la de demoler las murallas de la ciudad, trasladar la ciudad hacia el cerro San Bartolome cerca a la pampa de amancaes, que las habitaciones se hicieran de quincha con techos de tijera, que se disminuya el ancho y alto de las paredes, que las calles tengas 12 varas de ancho (10 metros aprox.)  

 

(...) Tengo espresado en el capítulo de este título, que el año de 755 se colocó el SSmo. Sacramento en la parte de la iglesia que se había reedificado… debo añadir que logre su conclusión el de 758, y que se celebrara la Concepción inmaculada de nuestra señora (...) (2)

La procesión del Señor de los Milagros se realizó por primera vez después del devastador terremoto de 1687, cuando el muro otra vez se mantuvo en pie. Se hizo una réplica en lienzo que salió en procesión desde el humilde barrio de Pachacamilla (hoy distrito del Rímac) hasta la Plaza Mayor y las principales calles de la ciudad, y los Barrios Altos, después del terremoto de octubre se le declara como fiesta oficial.

Callao

11:00 p.m. del viernes 28 de octubre de 1746, día de los Santos apóstoles San Simón y Judas, un espeluznante ruido viene del mar. El agua retrocede y en contados minutos una gran ola golpea el Callao. Avanza con tal violencia que, después de destruir las murallas del puerto y despedazar los cañones de bronce que lo resguardan, ingresa cinco kilómetros tierra adentro (las crónicas cuentan que inundo la Punta, Bellavista y lo que hoy es el aeropuerto, en esas épocas el callao contaba con aproximadamente 5,000 habitantes de los cuales solo sobrevivieron alrededor de 200 personas, 

lo que relataron los sobrevivientes fue de espanto, cuentan que fueron dos grandes olas las que arrasaron con el puerto, el mar se retiro, pero no volvió a sus limites anteriores lo que indica que el callao sufrió  un hundimiento después del terremoto (subsidencia cosísmica).

(...) En 1746 el número total de habitantes, alcanzaba a 5000, todos los que perecieron en esa memorable catástrofe. La desembocadura del Rímac, hasta la catástrofe de 1746, estaba tan cerca del puerto como se ven en los planos respectivos, que todo hace creer que el cambio de su cauce tuvo origen en esa misma catástrofe, cuando las aguas del mar invadieron las tierras de bocanegra (...) (4)







Las primeras acciones después del maremoto (tsunami) y desaparecido todo temor de una nueva inundación, fue la construcción de una nueva defensa para el puerto del Callao, para tal se comisiono a ingeniero francés Luis Godin a levantar una nueva fortaleza de menor extención que la anterior para lo cual se inicio un expediente que se dividió en dos partes, la nueva fortaleza y la formación del pueblo de Bellavista.




Bibliografia:
(1) Manuel de Odriozola -  Terremotos colección de las relaciones de los más notables que ha sufrido esta capital: Tipografía de Aurelio Alfaro. 1863
(2) Memorias de los virreyes que han gobernado el Perú – Don José Antonio Manso de Velasco – conde de Superunda. Lima: Librería central de Felipe Baylly -  Tomo IV p 305 
(3) José Eusebio del Llano y Zapata - Carta o Diario que escribe don Joseph Eusebio Llanos y Zapata a su venerado amigo el doctor don Ignacio Chirivoga y Daza. Lima: Impreso por Francisco Sobrino. 1747
(4) Darío Arrus - El callao en la época del coloniaje antes y después de la catástrofe de 1746. Callao – imprenta de el Callao. 1904


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